Después de 15 días en el encuentro internacional de Arte, Artifariti, en los Campos de refugiados Saharauis, cerca de Tindouf, Argelia.
Por paradójico que suene, debido
a las medidas de seguridad tan sumamente restrictivas para el autóctono, y
sobre todo para el extranjero, no existía la libre circulación de personas en el campamento
de refugiados, Wilaya 27 Febrero.
En parte, consecuencia de los secuestros de los anteriores años.
Hemos vivido como resultado, una especie de
arresto domiciliario con toque de queda a las 11 de la noche donde teníamos que
estar siempre acompañados por personas de protocolo o nuestras familias de acogida, teóricamente.
Con tantos o más, condicionantes
para el habitante refugiado como para el visitante, las medidas de seguridad,
para mi excesivas y sobre protectoras, cada miembro de la familia anfitriona
tenía que hacer de policía para velar por nuestra seguridad, que nada nos pasase a los “cooperantes”.
No cabe el Cubo. Sobre la exposición de Arte de Artifariti.
Dentro del mundo del Arte, no cabe
este tipo de contexto, el "Cubo blanco" del que habla Brian
O’Doherty, la galería de Arte contemporáneo, la capitalista-occidental
(en este caso mercantil-norteña, respecto al Sáhara desde Europa),
tiene aún menos sentido en el desierto.
Se inauguró la exposición en un
estado incómodo y veloz, en paralelo a las manifestaciones pacíficas saharauis
dentro del Aaiún ocupado por Marruecos, donde hubo disturbios y casi matan a una activista pro-saharaui, cabeza de turco, del movimiento, Aminetou Haidar.
La sala de conferencias, donde
hubo hacía pocos días un encuentro sindical internacional, se transformó en tan
solo una tarde, en una de Arte.
Fuimos entrando segregados en
grupos: participantes artistas, argelinos invitados, extranjeros anglófonos, y
por último, ya todo el mundo, incluido saharauis.
A los 30 minutos se formó una
polvareda impresionante, debido al siroco de la tarde pasada que llenó todo de
arena. Por le tumulto, no hubo manera de escuchar ninguna instalación audiovisual, en
seguida, unos militares del polisario (los buenos) con
megáfono desalojaron el espacio expositivo para acabar con el caos.
Una vez afuera, en el escenario,
a través del micrófono explicaron mostraron su repulsa hacia la represión
marroquí y se habló vía móvil con Aminetou. Discurso en tres idiomas para
despedir públicamente el evento, reparto de diplomas, Fin.
Después de este acontecimiento
cabe pensar en cómo llevar a cabo espacios expositivos en contextos diversos,
adversos, al nuestro, élite artística (o
lo que sea, se quiera llamar).
Cómo saber transmitir lo
expresado plástica y/o audiovisualmente de forma participativa e integradora.
Artifariti organizó el encuentro
para artistas desde los mismos artistas.
¿Cuál sería el modo? Quizá,
consumando la acción contextualmente, tratando de buscar la empatía, generando
recursos y alternativas validas en ese lugar, bla bla bla...
Las iniciativas pensadas y hechas
desde y para el exterior no creo sean prácticas en el campamento, si, puede que
fuera.
No concibo, no se, no conozco la
situación, con que, no puedo juzgar ni actuar en efecto, hasta que no lo viva.
No se lo que quedará de nosotras
cuando nos hayamos marchado, pero, mucho me temo, lo único que pudo ver la
población de la Wilaya
fueron unos 30 minutos de confusión en polvareda de los 15 días de “trabajo” de
los artistas y sus proyectos. Esta actuación supone un esfuerzo tan solo en una
determinada dirección, puede ser una denuncia de la situación cuando lleguemos
a España u otra serie de cosas que antes he numerado, creo que ajenas al mundo
saharaui del campamento de refugiados, transformado ahora en una pequeña
ciudad.
Turismo como forma de neocolonialismo.
Sáhara Occidental fue provincia
de España en periodo de dictadura franquista, en ese momento, 1970, se fundó la
primera Intifada.
El hecho de que un grupo de
españoles, que tan solo se comunica en español, con un solo eslabón, los niños
de hasta 14 años acogidos estos últimos años por españoles en vacaciones, en el
programa “Veranos en paz” que nos servían de traductores constantes (también
los hay que estudiaron en Cuba).
Imagino que por lógica práctica,
desde la organización, se centraliza principalmente en un único idioma, el
castellano, esto es un impedimento de comunicación
fluida para todas aquellas personas, artistas, etc. que llegaron con una visión
panorámica global de encuentro internacional artístico (...).
Todo pretendía ser traducido en 5
idiomas: castellano, árabe, hassaniya, francés e inglés. Lo cual es imposible,
con lo que terminaba predominando el castellano –con las connotaciones
negativas que tiene para las personas sensibilizadas con la problemática de
colonización y post-colonización- después de todo, para más inri, estábamos
allí porque Marruecos había colonizado el Sáhara.
Al fin y al cabo era un grupo de
españoles organizando y decidiendo sobre territorio Argelino cedido
temporalmente al Sáhara Occidental (ya 37 años), algo de lo que a nivel
histórico curricular, España tiene una experiencia, casi sin parangón, desde
hace más de 500 años, coincidiendo a su vez con el 50 aniversario de la
independencia Argelina de Francia.
Esta vez no hablaré del mal que
hace el turismo en todo el mundo.
Ni de nuestra producción infinita
de basura que quedó por el desierto. (Tiempo de
degradación de residuos: orgánicos - 4 semanas, del papel y del cartón - 1 año, del aluminio - 10 años, del plástico -150 años, del vidrio - hasta 4000años.) bueno, solo un poco.
Ni de la confrontación estética e
informativa entre naif/simbolismo y abstracción/conceptual.
Tampoco de la generación endémica
de dependencia de un pueblo y/o etnia.
Ni de la carencia de derechos humanos de millones de personas.
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