Tatyana Fazlalizade
"Dejad de decirles que sonrían", "mi nombre no es 'pequeña'", "mi ropa no es una invitación", "no estoy aquí para ti", "las mujeres no buscan tu aprobación"
http://www.elplural.com/2014/04/13/curiosa-campana-de-publicidad-contra-esa-otra-forma-de-acoso-los-piropos/ | 13/04/2014
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Curiosa campaña de publicidad en Estados Unidos contra la discriminación de la mujer que se manifiesta a través de silbidos, vulgaridades y comentarios gratuitos en todo el mundo. La promotora de esta campaña, Tatyana Fazlalizadeh, entiende que esta es la forma de acoso más tolerada socialmente y que se produce en la calle.
Carteles en las principales ciudadades de EE.UU.
La creadora estadounidense ha imprimido en las paredes de las principales ciudades del país los rostros de mujeres reales -también el suyo- que han sufrido acoso callejero junto a potentes mensajes en inglés y en español que responden a las agresiones verbales más comunes con lemas como: “Dejad de decirles que sonrían”, “Mi nombre no es ‘pequeña’”, “Mi ropa no es una invitación”, “No estoy aquí para ti”, “Las mujeres no buscan tu aprobación”.
La creadora estadounidense ha imprimido en las paredes de las principales ciudades del país los rostros de mujeres reales -también el suyo- que han sufrido acoso callejero junto a potentes mensajes en inglés y en español que responden a las agresiones verbales más comunes con lemas como: “Dejad de decirles que sonrían”, “Mi nombre no es ‘pequeña’”, “Mi ropa no es una invitación”, “No estoy aquí para ti”, “Las mujeres no buscan tu aprobación”.
Acoso verbal callejero
El acoso verbal callejero es la agresión a la mujer menos documentada y la más difícil de clasificar en términos legales, a pesar de que su incidencia supera el 80 % entre las adolescentes y las jóvenes menores de 30 años, según los estudios de la organización sin ánimo de lucro “Stop Street Harassment” (SSH).
El acoso verbal callejero es la agresión a la mujer menos documentada y la más difícil de clasificar en términos legales, a pesar de que su incidencia supera el 80 % entre las adolescentes y las jóvenes menores de 30 años, según los estudios de la organización sin ánimo de lucro “Stop Street Harassment” (SSH).
El 90% de las chicas de 19 años lo ha sufrido
Una de cada cuatro niñas ha experimentado ya el acoso callejero a los 12 años y el 90 % de las chicas de 19 años responde afirmativamente cuando se le pregunta si se ha sentido intimidada por las “palabras y acciones irrespetuosas de desconocidos en un espacio público”.
Una de cada cuatro niñas ha experimentado ya el acoso callejero a los 12 años y el 90 % de las chicas de 19 años responde afirmativamente cuando se le pregunta si se ha sentido intimidada por las “palabras y acciones irrespetuosas de desconocidos en un espacio público”.
Muchos lo ven como un halago
Esa es la definición que SSH da a “acoso callejero”, un término mucho menos estudiado y regulado que “acoso sexual” o “agresión sexual” puesto que se refiere en buena medida a comportamientos que, aunque ofensivos y perturbadores, no están tipificados como delito. Es más, llamar la atención a las mujeres en la calle y hacer comentarios obscenos sobre su cuerpo se contempla en muchos casos con condescendencia, como un halago o una broma inofensiva. Cambiar esta visión es lo que movió a Fazlalizadeh a coger su cámara, sus lápices y su rodillo en otoño de 2012, cuando comenzó a empapelar las calles del barrio neoyorquino de Brooklyn con rostros, frases y un mensaje claro: este comportamiento no es aceptable.
Esa es la definición que SSH da a “acoso callejero”, un término mucho menos estudiado y regulado que “acoso sexual” o “agresión sexual” puesto que se refiere en buena medida a comportamientos que, aunque ofensivos y perturbadores, no están tipificados como delito. Es más, llamar la atención a las mujeres en la calle y hacer comentarios obscenos sobre su cuerpo se contempla en muchos casos con condescendencia, como un halago o una broma inofensiva. Cambiar esta visión es lo que movió a Fazlalizadeh a coger su cámara, sus lápices y su rodillo en otoño de 2012, cuando comenzó a empapelar las calles del barrio neoyorquino de Brooklyn con rostros, frases y un mensaje claro: este comportamiento no es aceptable.
La artista
La pintora e ilustradora, nacida en Oklahoma y de orígenes iraníes y afroamericanos, fotografía primero a las voluntarias, luego dibuja sus rostros, siempre con mirada desafiante, y por último los imprime en carteles en blanco y negro junto a mensajes que ponen en mayúsculas: “las mujeres no salen a la calle para el entretenimiento de los hombres”.
La pintora e ilustradora, nacida en Oklahoma y de orígenes iraníes y afroamericanos, fotografía primero a las voluntarias, luego dibuja sus rostros, siempre con mirada desafiante, y por último los imprime en carteles en blanco y negro junto a mensajes que ponen en mayúsculas: “las mujeres no salen a la calle para el entretenimiento de los hombres”.
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