15 jul 2020

Estatuas en el espacio público. El Tótem. Capítulo V

    Divagar sobre las piezas artísticas en el centro urbanístico de la sociedad moderna es siempre interesante, en su momento pensaba que sólo escribiría alguna frase sobre rotondas y el proceso de descolonización actual, pero no. Vienen a mi cabeza imágenes que conciernen al tema.
    Recuerdo que contaban en historia del arte que la escultura de Atenea amanecía sucia cada día, según algunas hipótesis de historiadores, los ciudadanos se desfogaban en nocturnidad.
    La adoración por parte de un grupúsculo de la ciudadanía a sujetos culturales con los que puedan mantener un vinculo y rendir culto de forma física a una escultura es bien antiguo. La posibilidad de lograr un vinculo emocional con la población transeúnte por parte de las instituciones que están en el cargo de forma generalmente efímera es muy tentadora. Típico el monumento de soldados desaparecidos en las sucesivas guerras mundiales en el Bruselas o rotondas de dedicadas en el sur de Bélgica a los mineros, un gesto desde los gobernantes para orientar una perspectiva, de si mismos, más empática.
    La destrucción de estatuas por motivos ideológicos como compartí en los artículos anteriores, por pertenecer a antiguos regímenes dictatoriales y obsoletos es lo opuesto a lo que presento como situación ahora. Estatuas que son destruidas por fetichismo e idolatría, forma de totemismo que necesita llevarse un pedazo de su "héroe", dejar una huella, un graffiti o bien hacerte una foto. No es nuevo el comportamiento del visitante que deja su firma con el pertinente "yo estuve aquí"
    El vandalismo surge desde ideas muy diversas: conservarlo como amuleto, una broma o simple lucro. La escultura que pierde dedos desde su instalación en Madrid o la gafas de Woody Allen son ejemplos de la interacción permanente a la que están sujetos estos elementos urbanos, prácticamente la totalidad de los monumentos griegos de bronce del periodo antiguo fueron fundidos, "reciclados" para hacer cañones, las pocas piezas que encontramos actualmente en los museos fueron encontradas en el fondo del mar a finales de siglo XX. El respeto a deidades es fugaz a largo plazo si generamos nuevas prioridades. Considerar un consenso total es irreal para el adorno de la ciudad.

La abuela rockera de Vallecas


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